Oficialmente, la Cuaresma
comienza el Miércoles de Ceniza y termina justo antes de la Misa de la Cena del Señor del
Jueves Santo.
La duración de cuarenta días proviene de varias referencias bíblicas
y simboliza la prueba de Jesús al vivir durante 40 días en el desierto previos
a su misión pública. También simbolizan los 40 días que duró el diluvio,
además de los 40 años de la marcha del pueblo Judío por el desierto y los 400
años que duró la estancia de los judíos en Egipto. A lo largo de este tiempo,
los fieles católicos son llamados a reforzar su fe mediante diversos
actos de penitencia y reflexión. La Cuaresma tiene cinco (5) domingos más el Domingo de
Ramos (seis en total), en cuyas lecturas los temas de la
conversión, el pecado, la penitencia y el perdón, son dominantes. No es un
tiempo triste, sino más bien meditativo y recogido. Es, por excelencia, el
tiempo de conversión y penitencia del año litúrgico.
La Semana Santa es la conmemoración anual cristiana de la Pasión,
Muerte y Resurrección de Jesús de Nazaret. Por ello, es un período de
intensa actividad litúrgica dentro de las diversas confesiones cristianas.
Da comienzo el Domingo de Ramos y finaliza el Domingo de Resurrección.
El Nuevo
Testamento enseña que la resurrección de Jesús, que celebra la Pascua, es fundamento de la
fe cristiana.
La resurrección estableció a Jesús como el Hijo de Dios y se cita como prueba
de que Dios juzgará al mundo con justicia. Dios ha dado a los cristianos
"un nuevo nacimiento a una esperanza viva por la resurrección de
Jesucristo de entre los muertos". Los cristianos, por la fe en el poder de
Dios han de discernir espiritualmente con Jesús resucitado, para que se puede
caminar en una nueva forma de vida.
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